domingo, 6 de marzo de 2011

MALDITA PLANTA

¿Como iba a imaginame lo que ha pasado? Y todo por una planta, por una planta ¡joder! ...ahí está, secándose, envuelta en celofán rojo, coronada por un lazo hortera, no sé si hortera o fúnebre, pero no me voy a ir por las ramas, tengo que llamarla, pedirle una explicación, aunque hay cosas que igual no la tienen...y esta es de las que no la tiene ¿o será que prefiero que no la tenga?...aunque ¿cómo va a tener explicación el que una planta se convierta en un boomerang mortífero y acabe con una relación de años?. No puede ser, no, no quiero perderla ¡qué ganas de pegarle una patada a esta mierda de planta! Así me desharía de ella, volvería a empezar, aquí no ha pasado nada, no quedan pruebas del delito...si es que la miro y cada vez me parece más horrible, no sé como pude comprarla ¿cómo pudiste comprarla, idiota? Y ahora que le da el sol sus hojas me parecen mortecinas, apagadas. La flor de la pasión, me dijo la dependienta, es un buen regalo para su mujer ¿por qué le haría caso?. Siempre me dejo guiar por los demás ¿qué no sé yo lo que le gusta después de tantos años?. Las plantas sí que le gustan, por eso entré en la floristería, entré por mi propio criterio, no debo verlo todo tan negro...mírala, la flor de la desdicha, alicaída y enana.
¡Qué diferente la veo ahora! Y sólo han pasado cinco días, pero qué cinco días, aquí encerrados frente a frente, un vegetal y yo, menos mal que es un ser vivo, peor hubiera sido estar sentado aquí frente a una piedra, esperando, incapaz de decidirme. Cinco días desde nuestro aniversario, cinco días desde que abrí la puerta y oí sus voces, sus gemidos... ¡Ojalá hubiera comprado un aburrido geranio! Estoy seguro de que lo habría tirado al primer contenedor de basura que hubiera encontrado...pero a la flor de la pasión no la puedo dejar en cualquier lado.


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